Los terribles dos, esa famosa crisis que se da en los niños alrededor de los 2 años

Los terribles dos, esa famosa crisis que se da en los niños alrededor de los 2 años y pone a prueba nuestros nervios, ¿por qué? ¿cómo? ¿Y cómo vivirlo bien? La expresión "los terribles dos" se refiere a una fase del desarrollo infantil que generalmente ocurre alrededor de los dos años de edad. Durante esta etapa, los niños pueden mostrar comportamientos desafiantes, rabietas y una mayor independencia. Aunque no todos los niños experimentan estos desafíos de la misma manera, es común que los padres y cuidadores describan esta etapa como difícil.
Algunas características comunes de "los tremendos 2 años" pueden incluir:
1. Búsqueda de independencia: Los niños de dos años están en una etapa en la que están descubriendo su individualidad y deseando hacer las cosas por sí mismos. Pueden insistir en hacer las cosas a su manera y resistirse a las instrucciones o direcciones de los adultos.
2. Frustración y falta de habilidades de comunicación: Aunque los niños de dos años están desarrollando habilidades de lenguaje, es posible que todavía no tengan un vocabulario completo para expresar sus deseos y emociones. Esto puede llevar a la frustración y a conductas desafiantes.
3. Prueba de límites: Los niños de dos años pueden desafiar los límites establecidos por los adultos. Quieren explorar su entorno y probar lo que pueden hacer, lo que a veces puede conducir a comportamientos desafiantes y pruebas de límites.
Es importante recordar que estos comportamientos son parte normal del desarrollo y que los niños están explorando su autonomía y probando cómo interactuar con su entorno. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar a los padres y cuidadores a lidiar con los desafíos de "los terribles dos":
1. Establecer límites claros y consistentes: Proporcionar estructura y establecer límites claros puede ayudar a los niños a sentirse seguros y comprender las expectativas.
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2. Ofrecer opciones limitadas: En lugar de decirle al niño qué hacer, proporciona opciones limitadas para que pueda ejercer cierto grado de control sobre su propia experiencia.
3. Fomentar la comunicación y el lenguaje: Ayuda al niño a desarrollar sus habilidades de comunicación al hablarle claramente, utilizar palabras sencillas y fomentar el uso de gestos o señales para expresar sus necesidades.
4. Proporcionar oportunidades de independencia y elección: Permitir que el niño tome decisiones apropiadas para su edad, como elegir su ropa o decidir qué juguete usar, puede ayudar a fomentar su sentido de autonomía.
5. Mantener la calma y practicar el autocuidado: Lidiar con los desafíos de los dos años puede ser agotador, por lo que es importante que los padres y cuidadores se cuiden a sí mismos y busquen apoyo cuando sea necesario.
Recuerda que cada niño es único y puede experimentar esta etapa de manera diferente. Si estás preocupado acerca del comportamiento de tu hijo, es recomendable buscar el consejo de un profesional de la salud o un especialista en desarrollo infantil.
Cómo son los terribles 2 años
Los tremendos dos son una calamidad, una etapa de progreso, pareciéndose a una mini crisis de Adolescencia. Esta pandemia se diagnostica alrededor de los dos años de edad del menor, y está vinculado con el avance de la mente o desarrollo psicomotor. En efecto, el menor empieza a darse cuenta de que es una persona particular, que es una persona para sí mismo. Hasta el momento en que se felt como un prolongamiento de sus familiares. Al aire libre, en el momento en que el menor comprende que es una persona con independencia, siente que existe, desea tomar decisiones, elegir. De esta manera, se rechaza la votación que se realizó, si no se acata su decisión o si las circunstancias no corresponden a ella.
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Quieres tomar la decisión y tener la libertad de escoger lo que quieras. Si no es capaz de lo que aspira, continúa una lucha, una sucesión de lágrimas, un par de quejas y una rotunda negativa. A esta edad, la psique del menor está desarrollándose y las emociones no se controlan ni se comprenden bien. No es capaz de hacer frente a la magnitud de sus sentimientos y a la falta de entendimiento que tiene. Por esta razón manifiestan su enojo, frustración a través de aldabonazos.
¿Cómo acompañar a los terribles dos?
Al igual que en todas las crisis, es necesario entender y intentar estar en la posición del menor. Si sabemos lo que está ocurriendo y cómo lo está ocurriendo, será más sencillo para nosotros asistirlo y apoyarlo en el momento en que no es fácil. Depende de nosotros la manera en que adaptamos.
El inconveniente es no dejar que el menor realice las acciones que desee con el fin de evitar la crisis, y usted le enseñarías la razón por la cual no es posible que realice esas acciones. El infante requiere de un marco, normas, que le posibilitan organizarse y desarrollarse. A esta edad, un menor no tiene restricciones, hace lo que le agrada sin tomar en consideración las consecuencias, debido a que vive en el momento presente y no se proyecta hacia el próximo paso ni a su ejecución. Descubre y apóyate en.
De modo nenhum sirve confrontar al menor, tienes que ser paciente y aprender a manifestarte de diferente manera. El intelecto de su menor no se ocupa de la oposición en el momento en que afirma: “No realices esa acción. », el menor escucha» «haz esto», la negación de la oración es complicada de asimilar. Es posible que se puedan realizar el mismo pedido cien veces, esto no tiene sentido. Cuando una manera de hacer o de hablar no es correcta, es probable que deba alterarse.
Enséñale a manejar sus emociones.
De hecho, esta falta de maduración del cerebro está en el origen de las convulsiones. La incapacidad para manejar y experimentar estas emociones. Durante este período se pueden implementar muchas herramientas que le permitirán al niño comprender lo que sucede en su interior a nivel emocional y aprender a "vivir bien" con estas emociones. No dudes en darle varios enfoques, puede elegir el que más le convenga. Todos somos diferentes y no tenemos la misma manera de aprender y gestionar nuestras emociones.
En conclusión
Ármate de paciencia, esta crisis es solo una fase completamente normal en el desarrollo del niño. Acompañar al niño en el manejo de sus emociones, verbalizarlo y rodearlo de amor y cariño.
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